Meditación diaria

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Diciembre 21, Su exilio: Nuestra aceptación

Jesús fue el chivo expiatorio en la imagen del Día de la Expiación. Fue desterrado de la presencia de Dios Todopoderoso. En realidad, Jesús es simbolizado por las dos cabras. Como la ofrenda de pecado, Él murió en la cruz. Sin embargo, como el chivo expiatorio, Él fue alejado de la presencia de Dios, soportando nuestro rechazo.

Diciembre 20, La marca de la separación

Si el mundo "nos ama como a los suyos", esta es una señal segura de que no pertenecemos a Jesús. Tenemos que prestar atención a esa advertencia. Entonces al entender esto, ¿cuál debería ser nuestra actitud?

Diciembre 19, Identificación con la cruz

El compromiso con Jesús requiere la identificación con Su cruz e ir al lugar donde Él fue crucificado. Este compromiso excluye dos cosas: complacerse a sí mismo y agradar al mundo.

Diciembre 18, Una ciudad que Él ha preparado

Estos precursores de la fe, hombres y mujeres que son nuestros ejemplos de diferentes maneras, confesaron que eran extranjeros y peregrinos en esta tierra. Realmente, no estaban en el lugar que correspondía; ya que buscaban una tierra propia.

Diciembre 17, Llevando su oprobio

Este pasaje trata con nuestra actitud y relación con este mundo presente. Nos está diciendo que nuestro hogar no está en este mundo. No tenemos un lugar duradero en este mundo. El mundo lo rechazó a Jesús. Lo llevó fuera de la ciudad y lo crucificó fuera de la puerta.

Diciembre 16, Cumpliendo la voluntad de Dios

Hay tres instrucciones simples en esos versículos: estad siempre gozosos, orad sin cesar, y dad gracias en todo. En lo referente a dar gracias en todo, Pablo dijo: "Esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús". Cuando no damos gracias, no estamos cumpliendo la voluntad de Dios. En otras palabras, estamos fuera de la voluntad de Dios. ¡Cuán importante es entender eso!

Diciembre 15, Dando gracias a Dios

Tener gratitud es un mandato directo de las Escrituras; si no somos agradecidos, estamos siendo desobedientes. (Vea 1 Tesalonicenses 5:18). El agradecimiento, así como las actitudes más importantes de la vida cristiana, se origina en la voluntad, no en las emociones. No tenemos que sentir el agradecimiento para estar agradecidos.