Diciembre 07, Una carrera larga y planeada

 

Corramos con perseverancia la carrera.

 

En Hebreos 12:1 dice "despojémonos también de todo peso", aquí debemos pensar en términos a esta carrera. El atleta vacía sus bolsillos y usa la ropa más liviana que pueda, no lleva ningún peso innecesario. Algunas cosas que no son exactamente pecados nos pesan y aún pueden cargarnos y retrasarnos. Nos quitan las fuerzas, nos atraen y nos llevan a gastar mucho tiempo y atención en ellos.

Recuerde, ésta no es una carrera corta, esta es larga y planeada. La característica más importante que se necesita es perseverancia. Mucha gente inicia la vida cristiana como si fuera una carrera corta. Un poco más tarde, se encuentran sin aliento al costado de la pista; y apenas al comenzar la carrera ya están vencidos. Eclesiastés 9:11 sabiamente señala, “no es de los ligeros la carrera, ni de los valientes la batalla”.

El siguiente testimonio es de un vencedor, el apóstol Pablo:

He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (2 Timoteo 4:7-8, LBLA)

Pablo supo que había ganado la carrera. Había terminado el trayecto, y sabía que el premio estaba esperándolo. Ese es un testimonio glorioso. Puede ser el testimonio suyo y el mío, también, si solamente cumplimos con las condiciones.

No es la velocidad o la fuerza sino la perseverancia lo que cuenta.

 

Gracias Señor por ayudarme a "seguir adelante". Proclamo que "me despojo de todo peso" para prepararme y terminar una carrera larga y planeada. Correré la carrera con perseverancia. Amén.

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