Querido amigo,
¿Tiene usted algún prejuicio o una aversión que le causa frustración? ¿Hay alguna actitud incorrecta que le está deteniendo en su crecimiento espiritual? ¿Hay obstáculos como estos en su camino?
Todos tenemos ciertas disposiciones que vienen de nuestra crianza, o experiencias negativas, que pueden impedir que desarrollemos nuestra relación con Jesucristo. Como dice en Santiago 3:2 “Porque todos tropezamos de muchas maneras” (LBLA). Seguir adelante, a pesar de los obstáculos, es vital para nosotros. Muchas veces requiere que miremos más allá de la barrera.
Una palabra de explicación
Para ayudarle a entender la anécdota que le voy a presentar, necesito ser transparente de un prejuicio con el que he batallado. Toda mi vida cristiana he tenido un complejo con iconos y esplendor religioso. Cuando veo las vestimentas, procesiones, sotanas, cruces adornadas, pendones, e incensarios colgando, batallo con las ganas de huir a otro lado.
Esta tendencia pudo venir de mi crianza en una de las denominaciones más formales, de los “escogidos rígidos”. O solamente puede ser que la práctica religiosa no me agrada. Yo tengo amigos cristianos quienes encuentran significado en estas formalidades y decoraciones litúrgicas. Esto no es para criticar a mis amigos, sino simplemente quiero admitir que por alguna razón estas prácticas no me agradan. Yo libremente admito que es uno de mis complejos.
Entonces, usted puede imaginarse mi sorpresa cuando el Señor uso un encuentro con estos mismos ornamentos para enseñarme una lección importante en mi vida espiritual. Así es como eso sucedió.
Una salida rápida
Hace unos años, después de una de nuestras reuniones regulares de la Junta Directiva de DPM, un miembro visitante se quedó un día más. Ella me invitó a atender con ella el servicio del domingo en una iglesia local y luego ir a almorzar con algunos amigos. Yo ya conocía al pastor interino de la iglesia que íbamos a atender. En el pasado él y yo, ya habíamos tenido buenas conversaciones en varias reuniones de líderes.
Cuando llegamos al servicio, el pastor nos saludó a la entrada. Al darnos la mano, tomamos un momento para intercambiar palabras y saludarnos cordialmente ante de tomar mi asiento en el santuario. Fue entonces cuando mis problemas comenzaron.
Cuando el servicio iba a comenzar, yo miré hacia atrás del santuario. Y allí estaba mi amigo el pastor con su equipo de monaguillos – listos para hacer su procesión hacia el altar en frente. Él estaba vestido completamente en su vestimenta sacerdotal y los monaguillos tenían sus batas formales de su denominación, mientras cargaban sus pendones con símbolos religiosos y cruces decoradas. ¿Cuál fue mi reacción a todo esto? Tuve un pensamiento: “¡tengo que salir de aquí!”
“Mira más allá de las vestiduras”
Yo iba a acercarme a mi amiga que estaba a mi lado y darle un pretexto de porque tenía que salir, cualquier excusa. Pero, cuando comencé a acercarme, el Señor me habló claramente. En ese momento, Él me dijo, “Mira más allá de los atavíos. Yo estoy aquí.”
Solamente puedo describir lo que pasó después como un momento de visitación personal del Señor. Me senté cuando los cantos de adoración comenzaron y empecé a llorar. Las lágrimas fluyeron libremente mientras experimentaba uno de los momentos más íntimos con el Señor que jamás haya tenido en toda mi vida – allí en ese asiento de la iglesia de donde quise salir.
Cierto a lo que el Señor me había dicho, Él estaba allí en una manera dinámica. El servicio – a pesar de mis reservaciones de los atavíos religiosos – se convirtió en un momento con el Señor. Si me hubiese ido como quería, me hubiese perdido ese momento completamente. Ciertamente, para mi ese momento precioso con Jesús, fue necesario para poder ver más allá de la barrera.
Enfrentando los obstáculos
El apóstol Pablo fue un ejemplo maravilloso de cuanto necesitamos ir más allá de los obstáculos para cumplir el destino que Dios preparó para nuestras vidas. En Corintios 16:9 (LBLA), él habla de “una puerta grande para el servicio eficaz” que se abrió para él. Pablo también menciona, “y hay muchos adversarios.” En decir “y”, es como si Pablo estuviera observando que siempre va haber adversarios con los que tenemos que luchar para avanzar hacia Dios. Pero ninguno de esos oponentes pudo impedir que Pablo cumpliera su trabajo para el Evangelio. ¿No debería ser así con nosotros?
Vemos que Pablo tiene esa misma actitud de “mirar-más-allá-de-la-barrera” que expresa en Filipenses 3:13-14 (LBLA) “pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Pablo sabía lo que era sobrepasar los obstáculos en su camino, decididamente avanzar hacia los propósitos de Dios. Él sabía cómo mirar más allá de la barrera.
Nuestro ejemplo supremo
Él ejemplo supremo en este asunto es nuestro Señor Jesucristo. El escritor de Hebreos nos motiva en el capítulo 12:1-2 (LBLA) a sobrepasar todo impedimento: “despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve,”
Obviamente él sabía que iba ser normal encontrarnos con estas barreras. ¿Pero cómo deberíamos responder? Correr la carrera con tenacidad, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz”.
¡Qué enseñanza! Nosotros vemos más allá de nuestros obstáculos, miramos a Jesús– así como Él mantuvo su enfoque en el gozo puesto delante de Él. Nuestro Salvador nos enseña como mirar más allá de la barrera.
La barrera del prejuicio
¿Qué importante es para nosotros superar nuestros prejuicios? En un mensaje titulado “Recursos Ilimitados para un Outreach total” Derek Prince señala como con la mentalidad incorrecta podemos perdernos las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Ciertamente, eso pudo haber pasado en la experiencia que les relaté. Si hubiera dejado que mi actitud me llevara a salir de esa iglesia, me hubiera perdido la experiencia maravillosa con el Señor. En el siguiente pasaje, Derek habla de nuestra necesidad de tratar con la fortaleza del prejuicio.
Yo pienso que, en una manera, uno de los problemas más grandes con los cristianos es el prejuicio. El apóstol Pablo habla de derribar fortalezas en la mente de las personas. Pero, pienso que la palabra característica para describir fortalezas es prejuicio.
La gente ya tomó una decisión y simplemente no pueden escuchar lo que Dios quiere decirles. La verdad no puede pasar esas fortalezas que fueron edificadas en sus mentes.
Cuando miro atrás me recuerdo de mis propios errores y siempre trato de aprender de ellos, esta es la conclusión a la que he llegado. No era que mi entendimiento era incorrecto, sino que estaba incompleto. Eso no era importante hasta que empecé a actuar como si era completo. Fue allí donde entré en problemas.
No hay ninguno de nosotros que tiene un entendimiento completo de todo lo que Dios quiere decirnos. No cierre su mente y diga “Ya no necesito aprender”. Quienes dicen esto, son personas que no pueden aprender.
Una respuesta deliberada
¿Cuál va ser nuestra repuesta a todo lo que hemos visto? ¿Vamos a quedarnos en nuestros prejuicios, o vamos a ver más allá de ellas y movernos con determinación para cumplir la voluntad del Señor para nuestras vidas? Como varios de los asuntos espirituales que enfrentamos, la iniciativa depende totalmente de nosotros. Necesitamos tomar una decisión, y lo que decidimos va determinar el resultado.
¿Le gustaría que oremos juntos ahora, y decirle al Señor que quiere seguir adelante?
Querido Señor Jesús, gracias por el gran ejemplo que nos dejaste. Tu pudiste ver más allá de tu sufrimiento en el calvario, fijando tu mirada en el gozo que tu agonía estaba consiguiendo.
Señor, yo quiero seguir tu ejemplo. En lugar de estar distraído por los obstáculos delante mío, ya que muchos de ellos son insignificantes y egoístas, yo quiero ver más allá. Por favor permíteme fijar mi mirada en Ti y tus planes para mi vida.
Señor Jesús ayúdame a dejar de lado todo estorbo. Tu nos enseñaste a poner la mirada en nuestro gran destino. Tu nos enseñaste a mirar más allá de las murallas para ver la visión de Tu propósito y llamado.
Señor Jesús, yo seguiré tu dirección en este asunto. Por causa de Tus grandes planes para mi vida – el gozo puesto frente de mi – yo miraré más allá de la barrera.
Fijando nuestra mirada
Siempre es un bueno paso fijar nuestra mirada en Jesucristo. Eso es lo que acabamos de hacer con esta oración que ofrecimos. El Señor conoce el fin desde el principio, y Él nos ayudará a enfrentar los obstáculos y barreras que vayamos a enfrentar.
Todos nosotros en DPM queremos estar involucrados en ese proceso también. Las barreras vienen en todas formas y tamaños, y no es fácil saber qué pasos tomar. Pero un hecho es cierto: el Señor quiere que se enfoque en Él. Estamos gozosos poder guiarle a través de toda la librería de enseñanza de Derek Prince para ayudarle a enfocar su mirada en Jesús y todos Sus propósitos para usted.
Por favor descargue el mensaje gratuito “Orgullo vs. Humildad”. Tómelo gratuitamente, solo siga el enlace abajo.
Nosotros le proveeremos el material de Derek Prince como una expresión de gratitud por su ayuda y colaboración hacia nosotros. Gracias por cada pedido de oración, cada contacto, cada oración ofrecida por parte de DPM, y cada donativo nos posibilita continuar con este ministerio. Nuestro gran deseo es ser una bendición para usted y un colaborador en su caminar espiritual.
Oyendo la voz del Señor
Espero que lo compartido al principio junto con la enseñanza haya sido de ánimo para ustedes. La mejor enseñanza que he aprendido de todo lo compartido es que, aunque tenga mis limitaciones, mis prejuicios, y mi actitud terca, el Señor siempre está cerca. Él siempre está diciendo, “Mira más allá de las barreras que está enfrentando. Yo estoy aquí.”
El Señor es más misericordioso hacia nosotros de lo que merecemos. Su corazón siempre está atento a nosotros, aun cuando nuestros corazones titubean y desobedecen. Muchas veces el problema está en nosotros. A veces los obstáculos son muy grandes. Pero aun en cada situación, el Señor está del otro lado de la dificultad, llamándonos y diciéndonos: “Mirra más allá de la barrera. Yo estoy aquí”.
Lo mejor
Dick Leggatt
Presidente, DPM–USA
Le agradecemos por su amistad y su apoyo. Le agradecemos por cada oración que ha ofrecido y por cada donación que ha dado. Por favor déjenos proveerle una copia del mensaje de Derek: Orgullo vs Humildad gratuitamente.