Querido amigo,

      ¿Cómo podemos mantener nuestros corazones tiernos hacia el Señor? ¿Cómo evitar que nos volvamos rígidos y quebradizos? ¿Podríamos evitar que los problemas y las pruebas de la vida nos endurezcan?

      Es alarmantemente fácil que nuestros corazones sean endurecidos. ¿Por qué sucede esto? Esto es a causa del legalismo; el orgullo; pecado intencional; la ira; el resentimiento; los celos y la obstinación. Estas emociones negativas se prenden diariamente de la puerta de nuestras vidas. Si nos rendimos a ellos, nuestros corazones se endurecen cada vez más. Pero podemos resistir estas fuerzas. Podemos proponernos ser tiernos y dóciles.

Enfrentar la obstinación

     No me considero ser una persona rígida o difícil. Sin embargo, de inmediato reconozco que hay un lado obstinado en mí el cual podría fácilmente llevarme a tener un corazón endurecido. De todos los puntos en la lista anterior, la mayor parte de mi vida he luchado con la obstinación. A veces se expresa en forma de una confianza orgullosa, de una actitud como: "¡Yo puedo!, o ¡yo lo tengo!"

     A lo largo de mi juventud, por alguna razón me propuse que a veces sería duro e inflexible. Como cantante de música popular en la década de los años 60, uno de mis temas fue la letra del dúo Simón y Garfunkel: “Soy una roca; soy una isla. Y una roca no siente dolor; y una isla nunca llora ".

     Cuando fui un adolescente, incluso, yo había memorizado el poema "Invicto", del escritor británico William Ernest Henley. Yo declaraba con orgullo sus frases, tales como: “Mi cabeza ensangrentada jamás se ha postrado " o "Soy el amo de mi destino: soy el capitán de mi alma". El Señor ha hecho una obra progresiva y constante en mí para erradicar esas tendencias tercas e independientes de mi temprana edad. 

La decisión que tomamos

      Dios, en su proceso para purificarme de la terquedad e independencia orgullosa, ha usado un versículo especialmente útil, Hebreos 3: 15. "Si hoy escuchan ustedes lo que Dios dice, no endurezcan su corazón como aquellos que se rebelaron" (DHH). El primer punto alentador es que podemos escuchar la voz de Dios. Él continúa hablándonos en voz alta y claramente. Cuando lo hace, tenemos que tomar una decisión. ¿Lo escucharemos y obedeceremos? ¿O nos resistiremos para seguir obstinados en nuestro propio camino?

      Otra verdad que Dios me mostró es que Él no nos manda a hacer algo que es imposible para nosotros. Cuando Él dice que "no endurezcan su corazón ", esto habla de una acción que nosotros podemos tomar. Por encima de eso, sin embargo, podemos dar un paso más. Podríamos decidir y hacer lo opuesto a endurecernos: que es ablandar activamente nuestros corazones ante Él como una acción intencional de que estamos receptivos.

      Tú y yo podemos decidir sensibilizarnos, rendir nuestras vidas y corazones a Él.

La gracia de ceder

      ¿Este tema toca un punto sensible en usted? Tal vez no. Tal vez ha estado exento de cualquier problema continuo en esta área de su corazón endurecido. Sinceramente, espero que ese sea el caso. De hecho, está bien si esta carta solo se aplica a mí.

      Aun así, mientras escribía sobre este tema, venía a mi mente el título de un mensaje de Derek Prince: "La gracia de ceder". En esta enseñanza clásica, Derek habla sobre el proceso de mantenernos útiles y dóciles en las manos de Dios, humillándonos y sacrificándonos para que Dios pueda usarnos más. Ese es un mensaje que cada uno de nosotros necesita prestar atención.

Le dejare un mensaje sobre lo que necesitan. Y el tratara de mandarles lo que necesitan.??? [Alberto esto no está en la carta de Dick]

La principal motivación de los creyentes no es salirse con la suya y poder zafarse legítimamente de toda responsabilidad sin ser castigado. Esta es agradar a Jesucristo en todo lo que hago. Una vez que comience a vivir para agradar a Jesús, inevitablemente llevará una vida completamente diferente a la de los inconversos y los incrédulos alrededor suyo. No necesitará vender mucha doctrina puerta a puerta; porque agradar a Cristo en si lo hará diferente.

Pablo dijo que no debemos agradarnos a nosotros mismos. ¿Sabes lo que he descubierto? Cada vez que realizo algo eficaz para Dios y que es aceptable para Él, comienzo por no agradarme a mí mismo. He hallado que esto es una norma invariable. Cada vez que me halago, no hago nada de valor para Dios.

El primer paso que debo dar es negarme a mí mismo. Este ego en mí que siempre se mantiene firme dice: "Yo quiero, yo deseo, yo siento, yo creo, si quiere saber mi opinión, eso es lo que me gusta" tiene que ser negado. Tengo que decirle: no.

No es difícil saber lo que significa negarse a sí mismo. Negar es decir no. Todo lo que tiene que hacer es decirse no. Si usted no se dice no, y continúa negándose, no podrá llevar una vida cristiana. No puede ser alguien que quiere agradarse y complacer a Cristo al mismo tiempo. Esto es imposible.

Dando un paso

     ¿Está el Señor hablándole acerca de permanecer tierno y dócil para su servicio? ¿Está consciente de algunos obstáculos que han brotado en su vida? ¿Circunstancias adversas, u otros desafíos en su vida y su personalidad, han dado lugar para endurecerse?

      Si es así, tomemos un minuto ahora para entregarlo todo al Señor.

Señor, sinceramente quiero presentarte un corazón sensible y dócil. Pero debo confesar que a veces los desafíos de la vida y mi propia personalidad han producido lo contrario: un corazón que se ha endurecido por la adversidad y la obstinación. Quiero revertir esa tendencia con esta oración de hoy.

 Querido Señor, con esta oración doy el paso para sensibilizar mi corazón ante ti. No sé exactamente cómo hacer esto, pero declaro mi deseo de enternecer mi corazón para ti y todos tus propósitos para mí. En lugar de endurecerme a tu palabra, quiero recibirla con gusto. Quiero que tus palabras encuentren un suave y buen terreno en mi corazón.

   Señor, por favor perdóname, cuando por orgullo, confianza en mí mismo o maldad he rechazado o descuidado Tus palabras. Jesús, me arrepiento, y tal vez este es el primer paso en el proceso de enternecerse. Ablandaré mi corazón ante de ti. Amén.

Abierto y receptivo

      La oración que usted y yo acabamos de orar es algo que cambia el panorama de su vida. Nos hemos abierto completamente a lo que el Señor nos ofrece, prometiendo estar receptivos y atentos a Él, en lugar de ser reticentes y obstinados. Ese es un gran paso.

      Todos aquí en DPM estamos firmes con usted en la importante acción que acaba de tomar. Como paso adicional, le recomendaría encarecidamente que absorba todo lo que Derek Prince compartió en su mensaje clásico, "La Gracia de ceder". En este, escuchará una enseñanza excelente, con ejemplos bíblicos de personas como usted y yo que nos rendimos. al Señor

      Estamos gozosos de estar asociado con usted en su marcha de fe. Gracias por unirse a nosotros en el trabajo de Derek Prince Ministries y por ayudarnos a través de sus oraciones y apoyo financiero. Usted es una bendición para nosotros.

Mantenerse sensible

      Para terminar con una nota positiva. Como puede ver, he sido bastante transparente en esta carta sobre los brotes problemáticos de mi propia obstinación. Quiero dar testimonio de que, con la ayuda del Señor y el apoyo de quienes me rodean, he recibido buenos cambios.

      Mi esposa, Cindi, que me ha apoyado fielmente durante casi cincuenta años, ha sido especialmente de mucha ayuda. A medida que pasan los años, ella se ha comprometido en ayudarme y así evitar ser un viejo obstinado e irritable. Un pasaje penetrante que ella me menciona regularmente es Eclesiastés 4:13 (LBLA): " Mejor es un joven pobre y sabio, que un rey viejo y necio, que ya no sabe recibir consejos".

      Este es un buen consejo para personas de cualquier edad. Debemos permanecer abiertos y tiernos, primero ante el Señor y lo que Él nos dice, y al apoyo que Él quiere darnos a través de nuestros seres queridos que nos rodean. ¡En lugar de ponernos rígidos y duros, ¡debemos mantenernos tiernos y dóciles!

Bendiciones

Dick Leggatt

Presidente, DPM–USA