Tener a Dios en cuenta
Santiago 4:13–14
¡Vamos ahora! los que decís: Hoy y mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, y traficaremos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece.
¿Conoce personas que hablan de esa forma? Planean con toda confianza el año presente y el siguiente, dónde harán negocios, en qué invertirán su dinero, dónde pasarán las vacaciones, cuánto gastarán aquí y allá, y acostumbran planear con muchos años de anticipación su jubilación y lo que harán durante esos años. Sin embargo, han pasado por alto el hecho de que no tienen control sobre eso.
El pasaje que he citado dice que no somos más que neblina que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Qué necedad es para una neblina hacer planes semejantes. ¿Cuál es la solución? También dice el pasaje que más bien debemos decir: si es la voluntad del Señor, haremos esto o aquello.
La neblina no tiene control sobre su trayectoria. Si el sol se levanta, se disipa de manera inevitable. Si el viento sopla, es arrastrada. Como ve, usted depende por completo de Dios para cada respiración y cada paso que da. No planee su vida sin tener en cuenta a Dios. No sea tan insensato. Sólo humíllese por un momento y reconozca lo que usted es: una neblina que aparece por un poco de tiempo, y que es arrastrada y se desvanece.
Tenga en cuenta a Dios. Haga sus planes con Dios en mente, y Él se encargará de que éstos permanezcan y prosperen.