Septiembre 25, La belleza de la vida

 

Mi Padre me ha creado.

 

En Génesis 2:7, leemos el relato de la creación del hombre. Un Dios personal creó a un hombre personal para una relación personal e íntima con Él. Esto aquí es, de Persona a persona. No es un concepto. No es alguna fuerza misteriosa trabajando en el universo, sino que es una Persona creando a otra persona para tener amistad con esa persona. Para mí, esto pone de manifiesto tan claramente el hecho de que una razón fundamental por la que Dios creó al hombre fue para disfrutar una amistad con él.

¡Imagine la escena! El Señor se arrodilló, tomó polvo en Sus manos, lo mezcló con agua, y formó el cuerpo de un hombre. ¡Pero no tenía vida! Entonces, algo maravilloso sucedió. El Creador se inclinó hacia adelante, puso Sus labios divinos contra los labios de arcilla, apretó Sus fosas nasales divinas contra las fosas nasales de arcilla, y sopló vida en ese cuerpo. Su aliento penetró la formación de arcilla y la trasformó a un ser humano vivo con cada órgano de su cuerpo funcionando perfectamente, y con todas las maravillosas respuestas con las cuales un ser humano fue dotado, espirituales, intelectuales y emocionales. Ningún otro ser fue creado de esa manera jamás.

Las palabras utilizadas para describir este milagro son particularmente vívidas. El hebreo es un idioma en el que los sonidos de ciertas palabras se relacionan directamente con las acciones a las que dan nombre. El sonido de la palabra "soplar” puede ser traducida al hebreo como yip-pach. Consiste en una pequeña "explosión" interna, seguido por una poderosa liberación de aire continuo de la garganta. Por lo tanto, representa vívidamente la acción a la que da su nombre.

Mientras el Señor se inclinaba a esos labios y fosas nasales de arcilla, Él no dejó escapar un suspiro lánguido. Él exhaló un soplo poderoso dentro de ese cuerpo de arcilla, el cual de esta manera recibió una impartición milagrosa de la misma vida de Dios.

 

Gracias, Señor, porque Tú obras en mí. Proclamo que el Señor quiere disfrutar de una amistad conmigo, y Él sopló Su vida en mí. Mi Padre me ha creado. Amén.

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