Septiembre 20, Llegando a Pentecostés

 

He recibido el Espíritu de adopción, y por Él, clamo, "Abba, Padre".

“El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”. (Romanos 8:16)

Permítame mencionar un simple hecho histórico -una conclusión a la que han llegado muchos eruditos de la Biblia. Hay una correlación directa en los períodos de tiempo entre la liberación de Israel de Egipto y la experiencia de los cristianos en la iglesia primitiva.

          La ejecución del Cordero de Pascua corresponde al día en que Jesús murió.

          El paso del Mar Rojo corresponde a la resurrección de Jesús de la tumba.

          El recibimiento de la Ley del Monte Sinaí, cincuenta días después de La Pascua, corresponde al derramamiento del Espíritu en el día de Pentecostés.

Señalo esto porque cuando usted ha sido liberado por la sangre y por la resurrección de Jesús, usted tiene dos opciones: usted puede ir a Sinaí, o puede ir al Pentecostés. Mucha gente va a Sinaí–vuelven a estar bajo la ley. Ellos reciben …”el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor" (versículo 15). Pero Pablo dijo, en esencia, "Usted no ha recibido un espíritu de esclavitud para estar en temor; ha recibido el espíritu de adopción, que le dice que usted es hijo de Dios".

 

Gracias Padre, porque soy Tu hijo. Proclamo que no he recibido un espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino un espíritu de adopción, que me dice que soy hijo de Dios. He recibido el espíritu de adopción, y por Él, clamo, "Abba, Padre". Amén.

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