Septiembre 12, ¿Qué nos mueve?

 

Como un padre tiene compasión por sus hijos, así Dios tiene compasión de mí.

 

Uno de los problemas más grandes en la iglesia de hoy es la ambición personal por parte de los ministros. El apóstol Pablo habla a la iglesia en Filipos sobre este asunto, en Filipenses, capítulo 2:1 al 3 dice:

Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.

Esas son palabras muy poderosas. Pablo no estaba hablando de sentimientos superficiales. Estos sentimientos son profundos.

He conocido a muchos ministros, que son personas maravillosas, pero la fuerza motora más importante de la iglesia de hoy, como lo veo yo, es la ambición: ambición de construir una iglesia más grande, de realizar las reuniones con mayor cantidad de personas, de agregar más nombres a la lista de correo, o de hacerse más famosos. Tal vez estoy siendo cínico, sin embargo, la ambición parece ser una fuerza primordial en el cristianismo contemporáneo. No obstante, Pablo dijo, " Nada hagáis por contienda o por vanagloria ".

Tengo una pregunta para quienes están sirviendo al Señor. Esta es, como consecuencia, una pregunta para todos, porque todos los creyentes deben estar al servicio del Señor. ¿Qué es lo que lo mueve? ¿Qué le inspira para hacer las cosas que hace? ¿Para decir lo que dice? ¿Para relacionarse con la gente de la manera que lo hace? ¿Está motivado por la compasión y el amor de Dios? 1 Juan 4:7-8 nos exhorta, "Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor".

 

Gracias Señor, porque tu  tienes tanto amor. Proclamo mi deseo de ser motivado por la compasión y el amor de Dios. Como un padre tiene compasión por sus hijos, así Dios tiene compasión de mí. Amén. 

Share this post