Octubre 30, Dejando toda condenación

 

Acerquémonos con confianza al trono de la gracia.

 

Es importante que nos acerquemos a Dios confiadamente sin condenación; en otras palabras, "si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado" (Salmo 66:18).

"Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad", significa que vengo a Dios con una pesadez en mi corazón, siendo consciente de algo que me condena. Cada vez que trato de acercarme a Dios en fe, Satanás me recuerda que hay algo que no está bien y con lo que aún no se ha tratado, tal vez algún pecado que no ha sido confesado, o, si ha sido confesado, sigue persistiendo porque no he reclamado y recibido el perdón de Dios. Por lo tanto, estoy consciente de esto todo el tiempo. Y si vengo con condenación, no recibo aquello por lo que he orado.

Debo remover la conciencia de pecado de mi corazón. Básicamente, esto se hace por fe. "Si confesamos nuestros pecados," dicen las Escrituras, "Él (Dios) es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y para limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). No podemos hacer nada respecto del problema del pecado excepto confesar, arrepentirnos, y confiar en Dios por el perdón y la limpieza que Él nos ha prometido. Después de eso, no debemos continuar preocupándonos por nuestros pecados, porque si permanecemos conscientes de pecado mientras oramos, Dios no oirá nuestras oraciones. Como dice la Escritura, "Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado".

Sin embargo, el salmista continuó diciendo, "Pero ciertamente Dios me ha oído" (Salmo 66:19). En otras palabras, el salmista se levanta por encima de Satanás y de su intento de condenación y dice, "Dios me ha oído". ¿Por qué Dios nos oye? Porque venimos en nombre de Jesús. Porque venimos con alabanza y agradecimiento. Por lo tanto, no seremos condenados.

 

Gracias Señor, que puedo venir confiadamente a Tí. Proclamo que desecho el intento de condenación de Satanás y declarando que "Dios me ha oído", porque vengo en el nombre de Jesús. Me acercaré al trono de la gracia. Amén.

Share this post