Octubre 29, Una invitación de Dios
Acerquémonos con confianza al trono de la gracia.
Nuevamente, en este capítulo de Hebreos encontramos la frase “por tanto”. Creo que este paso está directamente relacionado con los tres primeros pasos, y que la secuencia es significativa. Para poder ser capaces de acercarnos con confianza al trono de la gracia, tenemos que asegurarnos de que hemos dado los tres primeros pasos.
El primer paso es temer: " temer" (Hebreos 4:1). Temer significa que venimos con una actitud de reverencia y sabiendo que tenemos necesidad de la gracia de Dios. Segundo, luego tenemos que "Esforzarnos [ser diligentes]" (Hebreos 4:11). Esta es nuestra respuesta a la gracia de Dios: no somos dejados, ni perezosos, ni indiferentes, o presuntuosos. La gracia de Dios no excusa nuestra indiferencia o jactancia; más bien, nos motiva a que seamos diligentes. El tercer paso es: "retener nuestra profesión" (Hebreos 4:14). Tenemos que tener la confesión correcta; tenemos que decir con nuestra boca la verdad sobre Jesús y sobre lo que Él ha hecho por nosotros.
Con respecto a nuestro acercamiento al trono de la gracia, se nos dice que debemos ir para hallar dos cosas: misericordia y gracia. Mi convicción es que, si Dios nos invita a acercarnos, y al cumplir las condiciones que he detallado, entonces la misericordia y la gracia nos esperan. No tenemos que estar asustados; nunca seremos decepcionados. Dios nunca daría una invitación que Él no respaldase y cumpliese. Nos acercamos a Dios como hijos, y no como mendigos. Dios no tiene hijos de segunda clase. Él nunca nos mantiene lejos si hemos cumplido las condiciones para acercarnos. Es muy importante que nos acerquemos con confianza. Eso es la fe en acción. Esa es la fe que no será negada. Esa es la fe que toma seriamente la Palabra de Dios y cree que Dios es tan bueno como dice Su Palabra. Esa es la fe en la fidelidad de Dios. Así es como tenemos que acercarnos al trono, con confianza.
Gracias Señor, porque puedo venir confiadamente a Tí. Proclamo que, porque Dios me invita a Su trono, y porque cumplo con las condiciones requeridas, vengo confiadamente sabiendo que la misericordia y la gracia me están esperando. Me acercaré al trono de la gracia. Amén.
