Octubre 28, No importa que presiones vengan

 

Mantengamos firme nuestra confesión.

 

Cuando la Biblia nos habla de retener nuestra confesión (Vea Hebreos 4:14), realmente está emitiendo una advertencia de que seremos sometidos a presiones que nos podrían llevar a retractarnos de lo que hemos dicho. Pero no debemos retroceder. Debemos retener nuestra profesión, o lo que confesamos.

Primero, hacemos la confesión correcta, haciendo que las palabras de nuestra boca estén conforme a las palabras de las Escrituras. Proclamamos lo que Jesús ha hecho por nosotros, exactamente como lo dice la Palabra de Dios. Por ejemplo, "Por Sus llagas fuimos nosotros curados" (Isaías 53:5), "Él se hizo pobre, para que (nosotros)...fuésemos enriquecidos" (2 Corintios 8:9). "Él gustó la muerte" para que nosotros tengamos vida (Vea Hebreos 2:9). "Él redimió de la maldición… a fin de que la bendición viniera a nosotros" (Gálatas 3:13-14). Esas son las confesiones correctas. Las hacemos, y luego, sin importar que presiones vengan contra nosotros, no importa cuántas cosas parezcan que están mal, retengamos nuestra confesión. Eso es lo que hace que nuestra fe sea eficaz, y eso es lo que en el cielo libera el ministerio de Jesús, como sumo sacerdote a nuestro favor.

La fe nos relaciona con lo que nuestros sentidos no pueden percibir. Mientras que seamos esclavos de nuestros sentidos, no nos podemos mover en fe realmente. Pablo dijo esto claramente en 2 Corintios 5:7: "Porque por fe andamos, no por vista". En otras palabras, lo que hacemos, y la manera en que vivimos como creyentes, está basada en la fe, en lo que creemos, y no en lo que vemos o percibimos con nuestros sentidos. Nuestros sentidos nos pueden decir una cosa, y nuestra fe otra, ahí es cuando surge el conflicto. Por eso el escritor de Hebreos dice que hagamos nuestra confesión y que luego la retengamos. Incluso si nuestros sentidos nos dicen que no es así, si la Palabra de Dios dice que es así, así debe ser. 

 

Gracias Jesús, porque Tú eres el Sumo Sacerdote de nuestra confesión. Proclamo que haré las confesiones correctas sin retroceder, y sin importar que presiones vengan. Mantendré firme mi confesión. Amén. 

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