Octubre 26, El corazón y la boca
Mantengamos firme nuestra confesión.
En el capítulo 10 de Romanos, Pablo da una explicación clara, y lo hizo mejor que en cualquier otra parte del Nuevo Testamento, acerca de lo que se requiere para la salvación. Él comenzó,
"Cerca de tí está la palabra, en tu boca y en tu corazón". Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. (Romanos 10:8-9)
La base para la salvación es la Palabra, y tiene que ser tomada en fe. Luego, hay dos cosas que debemos hacer, una con el corazón y otra con la boca. Tenemos que creer con el corazón, pero tenemos que confesarlo, o decirlo, con la boca. Pablo continuó,
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:10)
¿Lo entiende? Sin confesión, no hay salvación. Es bueno creer con el corazón, pero creer solamente no es suficiente. No sólo debemos creer con nuestro corazón, sino que también debemos decirlo resueltamente con nuestra boca, haciendo que las palabras de nuestra boca estén conforme a la Palabra de Dios. La confesión inicial nos relaciona con Jesús como Sumo Sacerdote, pero Su continuo ministerio a nuestro favor, como Sumo Sacerdote depende de nuestra continua confesión.
Gracias Jesús, que Tú eres el Sumo Sacerdote de nuestra confesión. Proclamo que creo en mi corazón y confieso con mi boca las promesas de Dios para mí. Mantendré firme mi confesión. Amén.
