Octubre 22, El Sumo Sacerdote de nuestra confesión

 

Mantengamos firme nuestra confesión.

 

Quiero mostrarle la posición de Jesús como sumo sacerdote en relación con nuestra confesión. Quiero guiarlo a tres pasajes de Hebreos. Hebreos 3:1: Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús. Jesús fue el apóstol enviado por Dios para proveer la redención. Después de proveer redención Él volvió a Dios para ser nuestro sumo sacerdote en la presencia de Dios. Pero Él es el sumo sacerdote de nuestra confesión. Eso es radical. Sin confesión, no hay sumo sacerdote. Si usted cierra sus labios en la tierra, usted silencia los labios de su abogado en el cielo. Tenga eso presente, el sumo sacerdote de nuestra confesión. Entre más confiesa, más libera su ministerio de sumo sacerdote a su favor.

Luego en Hebreos 4:14 dice: “Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. ¿Qué significa esto?: “Retengamos nuestra profesión”. Dígalo y siga diciéndolo. No retroceda. No se desanime.

Y luego en Hebreos 10:21 y 23, el autor vuelve al mismo tema. “Teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios. . . [versículo 23:] Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Ahora, observe el cambio aquí. No es la confesión de nuestra fe, es la confesión de nuestra esperanza porque si usted confiesa la fe lo suficiente se convierte en esperanza. ¿Lo comprende? “La fe es la certeza de lo que se espera” (Hebreos 11:1). Cuando usted ha construido una fe segura entonces viene la esperanza. Mi definición de esperanza en la Biblia es esperar confiadamente lo bueno. Pero, dice, mantengamos firme nuestra profesión o confesión sin fluctuar. ¿Por qué cree que dice sin fluctuar? Bueno, permítame decirlo de esta manera. Si usted viaja en un avión y se enciende la señal de “ajuste su cinturón de seguridad”, ¿qué le sugiere? Que viene turbulencia. ¿Qué le sugiere “sin fluctuar”? Que viene oposición. Aquí es donde se pelea la batalla de mantenerse firme en su confesión.

 

Gracias Jesús, porque Tú eres el Sumo Sacerdote de nuestra confesión. Proclamo que Jesús es mi abogado en el cielo, en la presencia de Dios, y mantengo esa confesión sin fluctuar. Mantendré firme mi profesión de fe. Amén. 

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