Octubre 17, Superando la pereza

 

Seamos diligentes.

 

En 2 Pedro 1:8-9, Pedro puso ante nosotros una alternativa; con dos opciones. Una es ser eficaz y productivo en nuestro conocimiento del Señor Jesucristo. La otra es ser ineficaz e improductivo por una condición que él describe como ser "corto de vista o ciego" (versículo 9). Esas son palabras fuertes. A la luz de esta condición, Pedro continuó con una frase, por lo tanto. Este por lo tanto se relaciona con la advertencia que Pedro había dado:

Por lo tanto, hermanos, esfuércense más todavía por asegurarse del llamado de Dios, que fue quien los eligió. Si hacen estas cosas, no caerán jamás, y se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. (2 Pedro 1:10-11)

Esas son buenas noticias. Hay cosas que podríamos hacer las cuales nos garantizarán que jamás caeremos, y además se nos dará una gran bienvenida al reino de nuestro Señor.

Básicamente, la condición de la cual somos advertidos es la pereza. Estoy muy cargado por la falta de preocupación en el ámbito cristianos sobre la pereza. La mayoría de los creyentes ven la ebriedad con horror. Rechazarían a cualquier persona que dice ser creyente pero aun es ebrio. Si bien estoy de acuerdo que la ebriedad es un pecado, y ciertamente no lo consiento, creo que la pereza es mucho más severamente condenada en las Escrituras que la ebriedad. El problema es que a muchos creyentes nunca se les encontrará ebrios sin embargo son regularmente perezosos. Así que, prestemos atención a esa advertencia de ser diligentes.

 

Gracias Señor, por la promesa de entrar en Tu reposo. Proclamo que combatiré la pereza, y me "esforzaré más todavía por asegurar el llamado de Dios". Seré diligente. Amén.

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