Octubre 11, Andando en el temor correcto

 

Esforcémonos por entrar en el reposo en Cristo, para que nadie caiga.

 

El libro de Hebreos dice, "Por tanto, temamos," (Hebreos 4:1). ¿Esa declaración lo sorprende o lo ofende? La mayoría de los cristianos no dan lugar al temor. 

Las personas responsables por llevarme al Señor eran una linda pareja creyente que vivían en Yorkshire, Inglaterra. Cuando luego después de la Segunda Guerra Mundial los visité, ellos ya no estaban bien espiritualmente. El hombre creía que no había lugar para el temor en la vida cristiana. Yo le señalé que todo depende de qué clase de temor se esté hablando. El Salmo 19 dice, "El temor de Jehová es limpio, que permanece para siempre" (versículo 9). Ese tipo de temor nunca termina. Este hombre había decidido que nunca utilizaría la medicina, este es un punto de vista que acarrea cierta arrogancia. Lo relaciono con su actitud de rechazar cualquier tipo de temor. Trágicamente, él desarrolla diabetes, y su pierna tuvo que ser amputada. Apenas pudo recobrarse de la sorpresa que tuvo al ver que su fe no le había traído sanidad. Creo que el verdadero problema era una falta de entendimiento que cierto tipo de temor es una gran parte de la vida cristiana. Las palabras en el libro de Hebreos, "Por tanto temamos", están dirigidas a los creyentes, no a los incrédulos. Tenga en mente que siempre existe la posibilidad de que no conseguiremos lo que Dios ha designado para nosotros. El versículo entero dice, "Por tanto, temamos, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado".

Toda promesa es bilateral. Le ofrece algo bueno, pero si usted falla en reclamar la promesa, usted esta privado de algo. Muchas cosas en la vida cristiana obra de la misma manera. Lo bueno está disponible, pero siempre existe la posibilidad de perderlo. Creo que tenemos que llegar con esta actitud del temor si vamos a ser capaces de entrar en el reposo de Dios.

 

Gracias Señor, por la promesa de entrar en Tu reposo. Proclamo que vengo a Dios con la actitud apropiada del temor para entrar en Su reposo. Me esforzaré para entrar en el reposo en Cristo, para que nadie caiga. Amén.

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