Octubre 06, El Señor, nuestro sanador

 

Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman.

 

Justo después que Dios sacó a Israel de Egipto y ellos se convierten en Su pueblo redimido y de pacto; por primera vez Dios específicamente se revela a ellos como Su sanador. Este atributo está declarado en Éxodo 15:26, donde el Señor dijo a Israel, "Porque Yo, el Señor, soy tu sanador".  

La frase "tu sanador", en el hebreo moderno significa "tu doctor". La palabra usada en Éxodo 15:26 es precisamente la misma para doctor en el hebreo moderno. No ha cambiado su significado en más de tres mil años de historia del idioma hebreo. El Señor dijo enfáticamente a Israel, "Yo soy tu doctor".

Dos cosas que no cambian son el nombre del Señor y el pacto del Señor. La posición y función del Señor como el sanador de Su pueblo está unida a Su nombre y a Su pacto. En otras palabras, nunca cambia.

Muchos siglos después, cuando Jesús vino a Israel como su Salvador y Redentor, cumpliendo así las promesas de un Mesías, Él se manifestó nuevamente a Dios como el sanador de Su pueblo. El ministerio de sanidad de Jesús no procedía de Él mismo, no se inició con Él, sino que fue la expresión de la naturaleza sanadora de Dios y el pacto de sanidad de Dios con Su pueblo. Su Palabra es la base de la provisión de sanidad y salud de Dios para Su pueblo.

¡Cuán importante es saber que la respuesta de Dios para nuestras necesidades está principalmente en Su Palabra! Si ignoramos Su Palabra, entonces realmente no tenemos ningún derecho de esperar que Él supla nuestras necesidades. Pero si nos volvemos a Su Palabra y allí lo buscamos, descubriremos que, en Su Palabra, Él suple todas nuestras necesidades, espirituales y físicas.

 

Gracias Señor, por las bendiciones que prometes a aquellos que aman a Israel. Proclamo que la posición y función del Señor como el Sanador de Su pueblo está unida a Su nombre y a Su pacto. Yo oro por la paz de Jerusalén: "Que puedan prosperar quienes te aman". Amén.

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