Octubre 02, Buscando el bien de Israel a través de la oración

 

Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman.

 

La Biblia nos exhorta a buscar el bien de Israel a través de nuestras oraciones. Tenemos que buscar en las Escrituras los propósitos de Dios para Israel y Jerusalén y de esta manera orar eficazmente. Luego, tenemos que prepararnos para orar inteligente y consistentemente para el desarrollo y el cumplimiento de esos propósitos. A medida que hacemos este estudio de la Biblia, descubriremos que, finalmente, está establecido que la justicia y la paz fluya desde Jerusalén a todas las naciones de la tierra. Por lo tanto, el bienestar de cada nación está incluido en esta oración por Jerusalén y depende de su cumplimiento.

Un ejemplo bíblico y desafiante de este tipo de oración fue dado por Daniel, quien oró tres veces al día, abriendo las ventanas de su casa que daban hacia Jerusalén. Las oraciones de Daniel perturbaron a Satanás y de tal manera amenazaron su reino quien se valió de la envidia de hombres malvados para cambiar las leyes de todo el Imperio Persa y hacer que las oraciones de Daniel fueran consideradas ilegales. Aun así, orar por Jerusalén significaba tanto para Daniel que prefirió ser arrojado en el foso de los leones en lugar de abandonar sus oraciones. Al final, la fe y valentía de Daniel venció a la oposición satánica. Él emergió triunfante del foso de los leones–y siguió orando por Jerusalén.

De mi propia experiencia de muchos años, he descubierto que, al hacer un compromiso de esta clase de oración por Jerusalén y por Israel, definitivamente provoca cierta medida de oposición de las fuerzas satánicas. Por el otro lado, también he descubierto que la promesa de Dios dada a quienes oran de esta manera es verdadera.

Este es un camino bíblico a la prosperidad–no es solamente prosperidad financiera o material, sino también nos asegura una prosperidad que implica el continuo favor de Dios.

 

Gracias Señor, por las bendiciones que prometes a quienes aman a Israel. Proclamo que mientras yo oro por Jerusalén, recibo una garantía permanente del favor de Dios. Yo oro por la paz de Jerusalén: "Que puedan prosperar quienes te aman". Amén.

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