Octubre 01, Orando por la paz de Jerusalén
Orad por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman – Salmo 122:6
En Génesis 12:2-3, leemos la promesa original que Dios le dio a Abraham cuando Él le dijo que salga de Ur de los Caldeos y vaya a otra tierra:
Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.
El pueblo judío es el referente por el cual todas las demás naciones van a ser juzgadas. Las Escrituras nos dan una advertencia con respecto a esto: "Serán avergonzados y vueltos atrás todos los que aborrecen a Sion" (Salmo 129:5). Cualquier nación que se opone al propósito de Dios para restaurar a Sion va a ser avergonzada y vuelta atrás. Las naciones determinan sus destinos por la manera que responden a la restauración del pueblo de Dios.
En el Salmo 122 se encuentra una conocida y hermosa promesa de bendición para quienes se alinean con los propósitos de Dios para Jerusalén, para Israel, y para el pueblo de Dios, vea versículo 6: "Pedid por la paz de Jerusalén: Sean prosperados los que te aman". No es que simplemente podemos tener una actitud neutral y decir, "Veremos qué pasa". Tenemos que alinearnos activamente con lo que Dios dice en Su Palabra y con lo que Él está haciendo en la historia.
La manera más importante que podemos hacer esto es a través de nuestras oraciones. Podemos orar por la paz de Jerusalén y por su restauración, para que Jerusalén sea todo lo que Dios ha declarado en las Escrituras que debería ser. La promesa para quienes oran así es esta, "Sean prosperados los que te aman".
Gracias Señor, por las bendiciones que prometes a quienes aman a Israel. Proclamo que prosperarán quienes oran por Jerusalén. Yo oro por la paz de Jerusalén: "Que puedan prosperar quienes te aman". Amén.