Noviembre 23, La lucha por la promesa
Mantengamos firme nuestra confesión sin vacilar.
Cuando yo tenía reuniones y debía orar por sanidad, he requerido usualmente que la gente haga la confesión apropiada, porque ésta los calificaría para recibir su sanidad. Déjeme explicarlo. Si usted tiene un problema con sus riñones, entonces confesaría, "Jesús cargó sobre Su cuerpo (recuerde el énfasis está en Él mismo) mis dolores y llevó mis enfermedades; por Sus heridas, yo soy sanado". Después de eso, si aún continua con su problema de riñones, ¿qué hace? Mantiene firme su confesión. ¿Aún tiene el problema en sus riñones? Mantenga firme su confesión sin vacilar. Esta es una batalla. Créame, por experiencia propia lo sé que podría ser una lucha tremenda seguir creyendo hasta recibir la sanidad.
El escritor de Hebreos dijo a los cristianos judíos, "En la lucha que ustedes libran contra el pecado, todavía no han tenido que resistir hasta derramar su sangre" (Hebreos 12:4). Estamos acostumbrados a la idea de que tenemos que luchar contra el pecado, pero a veces nos olvidamos de que también, se debe luchar para combatir la enfermedad. Debemos luchar. Somos soldados. No descansamos ni dejamos que el diablo nos pisotee, ya que rendirse fácilmente no da gloria a Dios.
Con respecto a mantener firme nuestra confesión sin vacilar, no nos concentremos exclusivamente en la sanidad física, aunque esta es una necesidad que toca a casi todas las personas. ¿Qué hay sobre las necesidades financieras? Para mí no es sólo un rito mantener mi confesión, sino que es una manera de que se suelten los tesoros que Dios tiene en Su almacén para mi ministerio. Dios me habló y me dijo que Él había hecho la provisión completa para todo lo que Él nos pediría que hiciésemos. Pero para obtener la provisión completa, tenemos que creer y confesar. Y yo lo confieso personalmente. Esta confesión es tomada de 2 Corintios 9:8: "Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes (para nosotros), de manera que (nosotros) siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes". ¡Gloria a Dios!
Gracias Señor, porque Tú eres fiel, Tú me das esperanzas. Proclamo que al creer y confesar lucho para tener la sanidad y provisión. Mantendré firme mi confesión sin vacilar. Amén.
