Noviembre 22, Estar completamente persuadido
Mantengamos firme nuestra profesión sin vacilar.
En conexión con este principio de hacer la confesión correcta y mantenerla firme sin vacilar, quiero ver como Pablo describió el ejemplo de Abraham. Abraham es uno de los mejores ejemplos de alguien que se mantuvo firme sin vacilar. Leemos lo que Pablo escribió,
Su fe no flaqueó, aunque reconocía que su cuerpo estaba como muerto, pues ya tenía unos cien años, y que también estaba muerta la matriz de Sara. (Romanos 4:19 NVI)
La fe real reconoce los hechos. Cualquier actitud que no esté dispuesta a enfrentar los hechos no es una fe real. Abraham no trató de engañarse a sí mismo; no se imaginó algo diferente de como era su situación. Con sus sentidos, él vio que su cuerpo estaba como muerto, y que también así estaba el útero de Sara, su mujer. Sin embargo, él no confió solamente en sus sentidos. Pablo continuó diciendo,
Ante la promesa de Dios no vaciló como un incrédulo, sino que se reafirmó en su fe y dio gloria a Dios, plenamente convencido de que Dios tenía poder para cumplir lo que había prometido. Por eso "se le tomó en cuenta su fe como justicia". (Romanos 4:20-22 NVI)
Abraham es llamado "el padre de todos los que creen" (Romanos 4:11), y se nos exhorta a seguir los pasos de la fe de Abraham. Se nos requiere que andemos en ese mismo camino de fe. Se nos requiere que nos aferremos a la promesa de Dios, que hagamos nuestra confesión, que mantengamos firme nuestra confesión sin vacilar, que resistamos a ser movidos por lo que nuestros sentidos nos revelan, y a mirar más allá de las cosas visibles, mirando, por fe, al reino invisible para ver a nuestro fiel Sumo Sacerdote, allí sentado en el trono de Dios.
Gracias Señor, porque Tú eres fiel, Tú me das esperanzas. Proclamo que reconozco los hechos y no vacilo como un incrédulo. Mantendré firme mi confesión sin vacilar. Amén.
