Noviembre 15, Identificándonos con Jesús

 

Acerquémonos al Lugar Santísimo.

 

Pablo escribió a la iglesia de Éfeso (y a nosotros también),

Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados... Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales. (Efesios 2:4-6 NVI)

Note estas tres etapas de identificación con Jesús. Primero, fuimos hechos vivos; segundo, somos resucitados; y tercero, estamos sentados con Él. Jesús está sentado en el trono. Entonces, ¿qué significa para nosotros que estemos sentados con Él? Significa estar entronados, compartir el trono con Él.

Una vez que entendemos nuestra identificación con Jesús, fuimos invitados a seguirle todo el camino. Él es el "camino nuevo y vivo" (Hebreos 10:20). Podemos estar vivos con Él, podemos ser resucitados con Él. Pero no debemos detenernos allí. Podemos estar en el trono con Él.

Usando el patrón del tabernáculo, creo que la primera cortina representa cuando participamos de la resurrección de Jesús. La segunda cortina que lleva al Lugar Santísimo representa la entrada mediante la participación de la ascensión de Jesús. Jesús no fue simplemente resucitado, sino que, subsecuentemente, Él también ascendió al cielo, al trono. Y allí es donde Dios nos quiere. Dios no quiere que nos detengamos en este camino nuevo y vivo hasta que hayamos llegado al Lugar Santísimo, donde compartimos el trono con Jesús, sentado con Él en los lugares celestiales. Ése es nuestro destino. 

Que esta sea nuestra decisión, de no detenernos antes del lugar al que Dios quiere que lleguemos. 

 

Gracias Señor, porque me puedo acercar a Ti por la sangre de Jesús. Proclamo que no me detendré antes de llegar al lugar al que Dios quiere que llegue. Me acercaré al Lugar Santísimo. Amén.

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