Mayo 15, "Menospreciando la vergüenza"
Jesús llevó nuestra vergüenza para que compartamos Su gloria.
Aquí hay un breve resumen de lo que ocurrió luego del arresto de Jesús en el jardín de Getsemaní. Poncio Pilatos había entregado a Jesús para que los soldados lo llevaran fuera a ser ejecutado.
Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza (recuerde, cada golpe de esa caña presionaba las espinas de la corona más profundamente en Su cráneo). Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y sentados le guardaban allí. (Mateo 27:27-31, 35-36)
En realidad, en esa escena Jesús fue expuesto desnudo dos veces. Sentados lo vieron en la cruz por tres horas. La mayoría de las representaciones de Jesús en la cruz lo muestran llevando unos trapos. Pero no le pusieron trapos; Él fue expuesto desnudo. Su vergüenza fue expuesta a todos los que pasaban por allí, y se burlaban de Él.
La epístola a los Hebreos enfatiza esta verdad: "Jesús, el autor y consumador de la fe...por el gozo puesto delante de él soportó la cruz, menospreciando la vergüenza" (Hebreos 12:2).
Gracias Jesús por tu obra en la cruz. Proclamo que a mi favor Jesús fue expuesto a la vergüenza, soportando la cruz y “menospreciando la vergüenza”, porque Él llevó mi vergüenza para que yo comparta su gloria. Amén.