Mayo 10, La gracia de Dios en las finanzas
Jesús soportó nuestra pobreza para que compartamos Su abundancia.
Hay tres principios básicos que gobiernan la acción de la gracia de Dios. Primero, la gracia nunca puede ser ganada; no obstante, cualquier cosa que pueda ser ganada, no es gracia:
Y si por gracia, ya no es por obras (lo que ganamos); de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra. (Romanos 11:6)
Este principio excluye a muchas personas "religiosas" de la gracia de Dios, porque ellos piensan que esta puede ganarse.
Segundo, hay sólo un canal de gracia. "Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo" (Juan 1:17). Cualquier forma de gracia que viene a nosotros viene solamente a través de Jesucristo.
Tercero, hay sólo un medio a través del cual podemos apropiarnos de la gracia de Dios, y es la fe. Esta verdad está resumida en Efesios 2:8, en tres frases consecutivas: "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe...no por obras (lo que ganamos) ".
Pocos cristianos se dan cuenta de que este principio se aplica tanto en el campo de la provisión financiera y material como en cualquier otra área de nuestra vida. Las Escrituras nos advierten específicamente contra la irresponsabilidad (Proverbios 10:4), la pereza (Proverbios 24:30-34), y la deshonestidad (Efesios 4:28). Mientras seamos culpables de alguno de estos comportamientos pecaminosos, no tenemos derecho a esperar que la gracia de Dios obre en el aspecto financiero de nuestras vidas. Por lo tanto, como cristianos, estamos obligados a ser honestos, ser trabajadores, y ser responsables.
Gracias Jesús por tu obra en la cruz. Proclamo que, en la cruz, Jesús tomó mi pobreza y me entregó la gracia de Dios en la esfera de la provisión financiera y material porque Jesús soportó mi pobreza para que yo comparta su abundancia. Amén.