Marzo 28, Sanador a los de corazón quebrantados
El Señor no abandonará a Su pueblo.
En el Salmo 147:2-3, leemos, "El Señor reconstruye a Jerusalén y reúne a los exiliados de Israel; restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas" (NVI). Esas son palabras hermosas, pero lo más emocionante de ellas es que están siendo cumplidas en esta generación y en nuestro tiempo.
Yo he visto el cumplimiento de esas palabras. De nuevo, tuve el privilegio de estar viviendo en Jerusalén de los judíos, en mayo de 1948, cuando el Estado de Israel renacía después de dos mil años. Hoy, el Señor está construyendo Jerusalén. Está reuniendo a los exiliados de Jerusalén. Está sanando los corazones quebrantados y vendando sus heridas.
Esas son buenas noticias para todos los que se volverán a Dios. Son buenas noticias para el pueblo de Dios, Israel. También son buenas noticias para la iglesia de Jesucristo porque el mismo Dios que está reuniendo a Israel, está reuniendo a la iglesia de nuevo a si mismo, trayéndonos a nuestra herencia, sanando nuestras heridas y vendando nuestros corazones quebrantados.
Hay un ministerio continuo del Espíritu Santo que es muy especial, un ministerio para los de corazón quebrantado. Es un ministerio para aquellos cuyos corazones están heridos. Si usted tiene una herida dentro suyo, vuélvase a Dios y diga, "Dios, éste es un tiempo de restauración. Es un tiempo de reunirnos. Tú estás sanando a los de corazón quebrantado. Tú estás vendando sus heridas. Señor, Tú sabes la herida que he llevado tanto tiempo en mi corazón. ¿Puedes sanarme?"
Y el dedo invisible de Dios, el Espíritu Santo, llegará donde ningún cirujano puede llegar y tocará ese lugar herido en su vida para traerle sanidad y restauración.
Gracias Señor porque tú estás comprometido con Israel. Yo intercedo por esa nación ahora. Proclamo que, así como Dios está sanando a los de corazón quebrantado y vendando heridas a Israel, Él está trayendo sanidad y restauración a mí vida, porque el Señor no abandonará a Su pueblo. Amén.