La sabiduría aborrece lo malo

 

Proverbios 8:12–13

Yo, la sabiduría, convivo con la prudencia y poseo conocimiento y discreción. Quien teme al Señor aborrece lo malo; yo aborrezco el orgullo y la arrogancia, la mala conducta y el lenguaje perverso.

 

A veces la sabiduría se presenta en las Escrituras como una persona que nos habla en un tono de voz muy personal. La sabiduría nos muestra la división de la senda entre el camino de la vida y el camino de la muerte. La sabiduría nos advierte que si hemos de andar en el camino la vida, debemos aborrecer lo malo. No hay lugar a concesiones.

Quienes andan en este camino no pueden de ninguna manera permitirse entretener los malos pensamientos. Tenemos que examinar nuestra propia vida, nuestro propio comportamiento. Tenemos que cuidarnos de aquellas cosas que la sabiduría aborrece. La sabiduría aborrece el orgullo y la arrogancia. Estas son cosas sutiles que pueden empezar a crecer en nuestra vida sin que nos demos cuenta. La mala conducta y el lenguaje perverso son cosas que la sabiduría aborrece, y si queremos andar en el camino de la vida tenemos que aborrecer lo que la sabiduría aborrece. Tenemos que alinearnos con Dios para resistir el pecado y la iniquidad, la rebelión y el engaño. Tenemos que destronar estas cosas de nuestros corazones y en su lugar poner la sabiduría: sabiduría con prudencia, conocimiento y discreción. Debemos recordar siempre que todo el consejo, toda la instrucción e incluso la exhortación de la sabiduría están pensados para nuestro bien.

Share this post