La Palabra es nuestra guía

 

Proverbios 6:20–22

Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre. Grábatelos en el corazón; cuélgatelos al cuello. Cuando camines, te servirán de guía; cuando duermas, vigilarán tu sueño; cuando despiertes, hablarán contigo.

 

Aquí Dios nos habla como sus hijos. Nos dice que sus mandamientos y sus enseñanzas son algo vivo. No son meras palabras escritas en un papel. No son ideas o conceptos abstractos, sino algo que nos acompaña si nos aferramos a ellos, si los grabamos en el corazón.

 Descubrí cuán cierto es esto cuando apenas conocí al Señor siendo soldado en el ejército británico en los desiertos del norte de África. Llevaba conmigo mi Biblia de bolsillo. En cada momento libre que tenía la sacaba y empezaba a leer. Y entonces comprobé cuán verdadera es: cuando yo caminaba ella me guiaba. Cuando dormía, vigilaban mi sueño. Y cuando me despertaba, allí estaba para hablarme. Tenía comunión con Dios. Y, en cierto sentido, tenía la protección literal de la presencia de Dios a mi alrededor.

Y esa presencia me rodeaba por mi actitud a su Palabra, porque yo vivía en su Palabra, meditaba en su Palabra, guardaba su enseñanza y sus mandamientos. No permita que se convierta en una religión o algo abstracto para usted. Aprenda a vivir con ella y a caminar con ella, y deje que le hable.

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