Enero 10, Una trasferencia eficaz
A través de la sangre de Jesús, soy redimido de la mano del diablo.
Díganlo los redimidos de Jehová, los que ha redimido del poder del enemigo. (Salmo 107:2)
Algunas personas tal vez sepan que fueron redimidos de las manos del diablo; quizás otras no lo saben. Sin embargo, yo se muy bien donde estaba antes de que Jesús viniera a mi vida; no tengo duda sobre ello. Se lo que es estar en la mano del diablo, y no quiero estar allí nunca más. También se, conforme a la Escritura, que fue la sangre de Jesús la que me sacó de la mano del diablo y me puso en la mano del Buen Pastor. Jesús dijo de Su pueblo, "Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10:28). Esa fue la transferencia de la mano del diablo a la mano del Señor.
No obstante, note que este traslado es eficaz y capaz de beneficiarnos sólo cuando hacemos una cosa: cuando "los redimidos" lo proclaman. "Díganlo los redimidos de Jehová". Si usted está redimido, ¡dígalo! Su redención no es eficaz si usted no lo dice. La palabra de su testimonio hace que la sangre sea eficaz.
Gracias Señor por la sangre de Jesús. Declaro que, por Su sangre, he sido trasladado de la mano del enemigo a la mano del Señor. A través de la sangre de Jesús, soy redimido de las manos del diablo. Amén.