Encomienda tu camino-luego confía

 

 

Salmo 37:5

Encomienda a Jehová tu camino, y confía en Él; y Él hará.

     ¿Quiere que Dios se haga cargo de su situación, de su vida, o de su problema? El pasaje que acabo de citar presenta tres pasos sencillos.

     El primero es encomendar al Señor su camino. Este es un acto decisivo que usted realiza en un momento preciso. Simplemente encomienda su camino al Señor, y deja de tomar su vida en sus propias manos. Es como llevar dinero a un banco, depositarlo allá y recibir un comprobante de su transacción. Usted sabe que el dinero ha quedado depositado en el banco.

     El paso siguiente es confiar en el Señor. La confianza es una actitud continua. Encomendar es un acto que se realiza una sola vez; confiar es una actitud permanente. Usted persevera en confiar. Después de depositar su dinero en el banco la noche anterior, usted no quedó preocupado pensando si su dinero seguirá allá, o si el banco sabe qué hacer con él. Usted simplemente confía en el banco. La diferencia está en que en este caso usted no está confiando en un banco, sino en el Señor.

     Y si usted da los dos primeros pasos, el tercero le corresponde al Señor. Él hará. Él hará que las cosas sucedan. Sea cual sea la situación que tiene en mente, la necesidad, el problema, o la decisión, usted la encomienda al Señor. Ese es el acto. Luego usted prosigue confiando en Él. Esa es la actitud. Y usted goza de una seguridad maravillosa y apacible. El Señor hará. Él tiene todo bajo control. Usted puede confiar al banco su dinero, y puede confiarle al Señor su problema. Sólo tiene que llevárselo a Él, encomendárselo, y seguir confiando en Él.

 

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