Dos aspectos de la naturaleza de Dios

 

Salmo 113:5–9

¿Quién como el Señor nuestro Dios, que tiene su trono en las alturas y se digna contemplar los cielos y la tierra? Él levanta del polvo al pobre y saca del muladar al necesitado; los hace sentarse con príncipes, con los príncipes de su pueblo. A la mujer estéril le da un hogar y le concede la dicha de ser madre.

 

Hay dos aspectos de la naturaleza de Dios que parecen tan diferentes y a la vez se combinan bellamente en Él. El primero es su majestuosidad. Él se sienta en el trono en las alturas, muy lejos de la tierra. El otro es su tierna compasión y cuidado del pobre y el necesitado. El mismo que se sienta en el trono en las alturas levanta al pobre del polvo; Él saca del muladar al necesitado, lo hace sentar con príncipes, y cuida también de la mujer estéril. Él le da un hogar y le concede la dicha de ser madre.

Con frecuencia pensamos que Dios es una persona severa e imponente. Y es cierto, lo es. Pero hay otra faceta de su carácter. Él es también tierno,  compasivo y benevolente. Él se inclina hasta el más humilde y ama exaltarlo a una posición junto a Él.

Entonces no se desanime si usted parece pobre o insignificante, o si tiene en su vida una necesidad profunda. Recuerde la tierna misericordia y compasión de Dios.

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