Diciembre 31, Invocando la bendición de Dios
Ofrezcamos continuamente sacrificio de alabanza a Dios.
El clímax de la bendición sacerdotal que Aaron y sus descendientes recibieron para que ellos proclamen sobre el pueblo de Israel vino con estas palabras: "Y pondrán Mí nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré" (Números 6:27).
A menudo, las oraciones más eficaces que podamos ofrecer a favor de otros son oraciones de alabanza y acción de gracias, invocando el nombre del Señor Jesús sobre ellos. Al proclamar el nombre de Jesús sobre quienes estamos orando, invocamos la bendición de Dios sobre ellos. Muy pocos de nosotros sabemos cuánto se levanta el espíritu de las personas al simplemente alabar a Dios por sus vidas. Es una parte importante de nuestro ministerio como intercesores.
En el siglo pasado, había un misionero extraordinario en Punyab, India, a quien se le llamaba “Hyde, el que ora”, fue cuando India aún estaba bajo el dominio británico. Hyde tenía un ministerio de oración; todo lo demás era secundario. Al inicio de su ministerio, se cruzó con un evangelista hindú, a quien él consideraba ineficaz y frío. Cuando al principio comenzó a orar por este hombre, él oraba: "Señor, tú sabes que tal hermano es…", él iba a decir lo frío que es él y así sucesivamente". Pero el Espíritu Santo lo detuvo con el Proverbio 30:10: "No ofendas al esclavo delante de su amo" (NVI).
Entonces, el hermano Hyde cambió su actitud. Comenzó a pensar en todo lo bueno que había en la vida de ese hombre y luego dar gracias a Dios por él. En unos pocos meses, ese hombre hindú se convirtió en un evangelista muy exitoso. ¿Qué lo cambió? No fue su oración acusadora, sino ser el objeto de la gratitud.
Dios me ha enseñado que, si no puedo agradecer a Dios por una persona, probablemente no tenga derecho a orar por ella. Es mejor que no ore en absoluto porque mi oración puede dañar en lugar de hacer el bien. Como dice Números 6:27, "Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré".
Gracias Señor. Te alabo. Proclamo que no "difamaré al siervo" sino que invoco la bendición de Dios sobre él o ella. Ofreceré continuamente un sacrificio de alabanza. Amén.
