Diciembre 30, La alabanza silencia al diablo
Ofrezcamos continuamente sacrificio de alabanza a Dios.
La alabanza es un arma espiritual que se puede usar para silenciar al diablo. Tal vez, no haya un dato más importante que éste en la Biblia. Desde el punto de vista de la vida cristiana práctica, Dios le proveyó una forma de silenciar la boca del diablo. El Salmo 8:2 dice, "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de Tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo". Al dirigirse a Dios, el salmista estaba hablando de "enemigos" en el plural y "al enemigo y al vengativo" en el singular. "El enemigo y el vengativo" no es otro que el diablo mismo; "enemigos" son los espíritus malignos que son los instrumentos de Satanás contra nuestro. A causa de Satanás y de sus espíritus malignos, Dios ha fundado la fortaleza para que silenciemos al diablo.
Este versículo fue citado por Jesús en el Evangelio de Mateo. La cita es una revelación del significado completo de este pasaje. En esta escena, Jesús está en el templo, sanando a los enfermos, y los niños están corriendo de un lado a otro, clamando; "¡Hosanna al Hijo de David!" (Mateo 21:15). Los líderes religiosos se indignaron, así que le dicen a Jesús, ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza”. (versículo 16). Donde el salmista dijo, "fundaste la fortaleza", Jesús dijo, "perfeccionaste la alabanza". Por lo que, tenemos una inferencia simple y directa. La "fortaleza fundada" del pueblo de Dios en la batalla es la "alabanza perfeccionada". Dios ha hecho posible que podamos silenciar al diablo y a todos sus espíritus malignos a través de la alabanza perfecta.
Si queremos alabar a Dios perfectamente, como los "bebés y niños", de nuestra boca saldrá un arma que silencia al diablo. Y Dios será glorificado.
Gracias Señor. Te alabo. Proclamo que a través de mi "alabanza perfeccionada", silencio al diablo y glorifico a Dios. Ofreceré continuamente un sacrificio de alabanza. Amén.
