Diciembre 02, Comunión apropiada
Consideremos los unos a los otros.
Hay una aparente consecuencia negativa que surge cuando tenemos comunión con Dios y con nuestros hermanos creyentes: ya no podemos tener la misma clase de relación con los incrédulos.
No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas? ¿O qué armonía tiene Cristo con Belial? ¿O qué tiene en común un creyente con un incrédulo? 16 ¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo… (2 Corintios 6:14-16, LBLA)
Pablo estaba refiriéndose a una separación de los incrédulos que no es principalmente física. Tal vez todos los días estemos cerca de los incrédulos, en nuestros hogares, en nuestro trabajo, o en otras actividades de la vida diaria. En esas situaciones, nuestro testimonio cristiano debería ser amigable, cortés, y servicial. Pero no estamos libres para compartir con los incrédulos lo que es impuro, moral espiritualmente o deshonroso para Cristo. En esta área, debemos seguir la exhortación de Pablo en 2 Corintios 6:17: "No toquen lo inmundo". Si somos sensibles al Espíritu Santo, Él siempre nos advertirá de estas cosas contaminadas y nos mostrará cómo protegernos.
Sin embargo, la protección más segura contra una amistad equivocada es tener amistad apropiada. Como hijos de Dios, somos los herederos de incalculables bendiciones y gozo de los cuales el mundo no conoce. De hecho, Pablo nos dijo que nuestro Dios y Padre "nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo" (Efesios 1:3). Al compartir regularmente estas bendiciones con el resto de la familia de Dios, ya no estamos atraídos por los placeres impuros, y vergonzosos de un mundo que está caminando en la oscuridad.
Gracias Señor porque Tú me ayudas a amar a otros. Proclamo que he salido de la comunión con la oscuridad y he entrado en la comunión de la familia de Dios, mis hermanos y hermanas en Cristo. Consideraré a otros. Amén.
