Agosto 25, Vistiéndonos con lo nuevo

 

Nuestro viejo hombre fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en nosotros.

 

La religión siempre trata de cambiar al hombre desde afuera hacia dentro: alargando los vestidos, que los vestidos no estén tan ajustados, cubriendo las rodillas, colocando algo en la cabeza, quitando el maquillaje, alargando las mangas, cortando el cabello, o lo que sea. Dios siempre opera de la manera opuesta. Él cambia al hombre desde adentro hacia afuera. Dios comienza con nuestros pensamientos. Él dice, "Si va a haber algún cambio eficaz, debe cambiar su manera de pensar. Otro Espíritu debe tener acceso a su mente. Usted ha estado bajo el engaño de Satanás; ahora, usted debe abrirse al Espíritu de verdad, el Espíritu Santo". Como resultado de esto, seremos capaces de vestirnos del nuevo hombre, lo opuesto al viejo hombre.

Efesios 4:24 dice, "y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad". Este nuevo hombre fue creado según Dios, en verdadera justicia y santidad. Fue creado de acuerdo con el plan de Dios; él es el producto del propósito de Dios, del estándar de Dios, del patrón de Dios. El viejo hombre es el producto del engaño de Satanás; el nuevo hombre es el producto de la verdad de Dios.

Es significativo que Satanás vino a la raza humana en forma de serpiente. Por su propia naturaleza, una serpiente es un animal corrupto, y creo que ésa es una imagen vívida del diablo–él es un ser muy corrupto. Nunca viene con la verdad completa. Corrupto es la palabra que caracteriza y que describe al viejo hombre.

Tenemos que despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo. Justo y santo son las palabras distintivas que describen al nuevo hombre.

 

Gracias, Jesús, por el intercambio en la cruz. Proclamo que me estoy despojando el "viejo hombre" y vistiéndome del "nuevo hombre", porque mi viejo hombre fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en mí. Amén.

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