Agosto 21, El producto de la verdad

 

Nuestro viejo hombre fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en nosotros.

 

Vamos a mirar de manera más completa el intercambio que tiene lugar entre el viejo hombre y el nuevo hombre. El viejo hombre fue el producto de la mentira del diablo. Fue el producto del engaño. Toda su naturaleza es mentira y corrupción. Él es el producto de la serpiente. El viejo hombre es tan deshonesto como la serpiente que lo creó. No hay verdad en él–es deshonesto hasta la médula. Cuanto más trata de ser honesto, más deshonesto se vuelve.

¿Cuál es la solución? El viejo hombre fue crucificado para que el nuevo hombre pueda nacer. Efesios 4:22 nos instruye "despojaos del viejo hombre"; luego, en el versículo 24, somos exhortados: "vestíos del nuevo hombre". Este es el intercambio. El conjunto de ropa vieja se va; nos vestimos con el conjunto de ropa nueva.

Efesios 4:24 continúa describiendo al nuevo hombre como teniendo “justicia y santidad de la verdad". Me gustaría reafirmar este versículo de esta manera: "creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad". Más literalmente, "Quien, de acuerdo con el plan de Dios (los estándares de Dios, el pensamiento de Dios, o los propósitos de Dios, como quiera entenderlo), fue creado en justicia y santidad de la verdad". El nuevo hombre es el producto de la verdad de la Palabra de Dios con relación a Jesucristo. La verdad, recibida en nuestros corazones por fe, trae un nuevo hombre, lo que trae justicia y santidad. El nuevo hombre fue creado de acuerdo con los estándares de Dios, o propósito, en justicia y santidad, que son los productos de la verdad.

 

Gracias, Jesús, por el intercambio en la cruz. Proclamo que mi "viejo hombre" fue crucificado con Cristo para que mi "nuevo hombre" pueda nacer. Recibo esta verdad por fe en mi corazón: que mi viejo hombre fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en mí. Amén.

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