Agosto 20, Vive un hombre nuevo
Nuestro hombre viejo fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en nosotros.
El intercambio con el que estamos tratando aquí es entre el viejo hombre y el nuevo hombre. El viejo hombre murió en Cristo en la cruz, para que ahora, por ese intercambio, el nuevo hombre pueda vivir en nosotros. Este es un tema que se encuentra a través de todo el Nuevo Testamento, pero en la actualidad, muy pocas veces se habla de esto en la iglesia. El contraste entre el viejo hombre, que murió en la cruz, y el nuevo hombre, que ha sido resucitado con Cristo, es puesto en evidencia a través de la resurrección de Jesús.
La crucifixión de Cristo es un evento histórico que justamente tuvo lugar en un determinado momento del tiempo. Creo que fortalece tremendamente nuestra fe cuando lo vemos de esta forma. Es algo que realmente ocurrió. Es verdad, ya sea que lo creamos o no; es verdad, aunque lo sepamos o no. Pero cuando lo sabemos y lo creemos, tiene un efecto tremendo en nuestras vidas. En Romanos 6:6, Pablo declaró que "que nuestro viejo hombre fue crucificado con Él, para que nuestro cuerpo de pecado fuera destruido, a fin de que ya no seamos esclavos del pecado".
La esclavitud de tener al pecado como nuestro amo se termina en nuestras vidas al darnos cuenta de que el viejo hombre murió y que un nuevo hombre ahora vive en nosotros. Debemos creerlo, y actuar en base a esto, ya que no hay escape completo a la esclavitud del pecado si no nos damos cuenta de esto. Ésta es la única manera de salir de la atadura o esclavitud del pecado.
Gracias, Jesús, por el intercambio en la cruz. Proclamo que mi esclavitud al pecado está terminada, porque mi hombre viejo fue muerto en Cristo para que el nuevo hombre pudiera vivir en mí. Amén.