Agosto 19, Círculo Perfecto
He sido hecho perfecto en Cristo.
Como he dicho antes, el término perfecto a menudo asusta a la gente. Para que esta palabra sea menos aterradora, me gustaría usar un simple ejemplo de matemática.
Tomemos el uso de la palabra redondo. Hay sólo un criterio para algo redondo. Algo es redondo, o no lo es. Si algo es redondo, es un círculo. Hay solo un tipo de círculo; no hay tres o cuatro tipos diferentes de círculos. Sin embargo, hay muchas medidas diferentes de círculos. Cuando dos cosas tienen formas idénticas, pero son de diferentes tamaños, se les llama "similares".
Dios el Padre es el gran círculo, el anillo redondo inmensurable que rodea a todo el universo. Jesús no espera que tengamos la misma dimensión de Dios, pero Él sí espera que tengamos el mismo carácter que Dios. Tenemos que ser similares, no iguales a Dios. Usted y yo podemos ser círculos muy pequeñitos–operando en algunas áreas pequeñas donde Dios nos ha colocado con tareas aparentemente triviales y monótonas. Sin embargo, Dios quiere que cada uno de nosotros seamos un círculo perfecto en nuestra pequeña área. Perfectamente redondo. Tan redondo como ese "gran círculo", Dios el Padre, que rodea a todo el universo.
Por lo tanto, cuando usted lea el mandamiento de Jesús que dice "sean perfectos" (Mateo 5:48), piense en ello como ser "redondo". No sea desequilibrado, teniendo pequeñas imperfecciones. No tenga deficiencias. Tal vez usted no sea muy grande, pero usted puede ser un círculo perfecto.
Gracias, Señor, porque tú obras en mí. Proclamo que Dios quiere que sea un "círculo perfecto"-y por Su gracia, lo seré, porque he sido hecho perfecto en Cristo. Amén.