Agosto 18, Por un Sacrificio
He sido hecho perfecto en Cristo.
Porque por una ofrenda (sacrificio) Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados (Hebreos 10:14).
En este versículo, tenemos dos tiempos verbales, y ambos son importantes. El primero es llamado el tiempo perfecto: "porque con una ofrenda (sacrificio) Él ha hecho perfectos para siempre...". Usted puede decir que el sacrificio es perfectamente perfecto. Es completamente completo. Justo antes de esta frase, el escritor de Hebreos dijo que los sacerdotes del Antiguo Testamento siempre se mantuvieron de pie, ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios que nunca pudieron eliminar el pecado. Luego, el autor dijo sobre Jesús, "pero Él, habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados para siempre, se sentó a la diestra de Dios" (Hebreos 10:12). Note el contraste entre los sacerdotes del Antiguo Testamento, que estaban de pie, y Jesús, quien ofreció Su sacrificio y se sentó. ¿Por qué Jesús se sentó? Porque ya no le faltaba nada por hacer. Lo había hecho todo. Mientras el trabajo de los sacerdotes del Antiguo Testamento nunca estuvo terminado porque sus sacrificios no eran adecuados para tratar con el problema real, la muerte de Jesús en la cruz fue un acto completo y total.
En cuanto a lo que Jesús ha hecho, es completo y perfecto. Nada debe ser agregado, y nunca nada puede ser quitado de ello. El sacrificio de Jesús es válido para siempre. Ese es el tiempo perfecto.
Después, hablando de aquellos de nosotros que nos estamos apropiando del sacrificio de Jesús, el autor de Hebreos escribió: El “ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando" (Hebreos 10:14 NVI). "Está santificando", está en el tiempo presente progresivo. Lo que Jesús ha hecho es perfecto, y nuestra apropiación de ello es continua. Mientras seamos santificados, mientras seamos apartados para Dios más y más, y mientras más nos acerquemos a Dios y nos apropiemos más de las provisiones y promesas de Dios, estamos entrando más y más en la provisión del sacrificio.
Gracias, Señor, porque tú obras en mí. Proclamo que, por un sacrificio, Jesús ha hecho perfectos a los que está santificando-yo estoy incluido. He sido hecho perfecto en Cristo. Amén.