Agosto 12, Acceso por el Espíritu
Tengo acceso a Dios a través del Espíritu Santo.
Hay un principio en la Deidad que no nos permite tener más acceso a Dios sino a través del Espíritu Santo. Si alguien quiere tener acceso a la Deidad debe honrar a Quien es enviado como representante. Por lo tanto, cuando el Padre envió al Hijo, Él manifestó, "Desde ahora en adelante, nadie viene a mí sino a través del Hijo. Si quieren venir a mí no pueden evitar a mi representante porque, en cada situación y cada circunstancia, Yo sostengo a Aquel a quien he enviado".
Cuando Jesús había terminado su tarea en la tierra y había regresado al Padre, el Padre y el Hijo enviaron al Espíritu Santo. El mismo principio se aplica nuevamente. No tenemos acceso al Padre y al Hijo excepto por el Espíritu. No podemos venir al Padre o al Hijo y evitar al Espíritu.
Porque por medio de él (Jesucristo) los unos y los otros (los judíos y gentiles) tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. (Efesios 2:18)
No podemos dejar de lado al Espíritu Santo y aun así tener entrada. Muchos cristianos se enfocan en el hecho de que tenemos acceso a Dios a través de Su Hijo, Jesús. Perfectamente, eso es verdad, pero no es toda la verdad. Esto es: a través del Hijo, por el Espíritu que vamos al Padre. De la misma manera, cuando estamos en el Hijo el Padre habita en nosotros a través de Su Espíritu. En cada dirección, ya sea que vayamos a Dios o que Él viene a nosotros, el Espíritu es una parte esencial de la ecuación. En el Hijo tenemos acceso al Padre a través del Espíritu. Cuando estamos en el Hijo el Padre habita en nosotros a través del Espíritu.
Si dejamos al Espíritu Santo fuera de esa ecuación, no tenemos acceso a Dios, y Dios no tiene acceso a nosotros. Estamos dependiendo totalmente del Espíritu Santo.
Gracias, Señor, porque puedo venir a ti. Proclamo que estoy dependiendo totalmente del Espíritu Santo para tener acceso al Hijo y al Padre. Tengo acceso a Dios a través del Espíritu Santo. Amén.