Siembra y cosecha
Gálatas 6:7
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Hay una advertencia acerca de no engañarnos a nosotros mismos en esto: pensar que en la vida podemos sembrar algo y cosechar otra cosa, pensar que podemos salirnos con la nuestra en cosas que Dios al parecer no ve, o que no seremos alcanzados por las consecuencias de nuestras acciones. La Biblia nos advierte que no es así. Dios no puede ser burlado. Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Sabemos que esto es cierto en el reino natural. Sabemos que si sembramos una semilla de naranja nunca crecerá una manzana. Sabemos que si sembramos maíz, nunca cosecharemos cebada. Aquello que sembramos es lo que obtendremos. Sin embargo, muchos que ven esto en la naturaleza no comprenden que es igualmente cierto en lo espiritual.
Dios ha creado el universo entero bajo el mismo principio: lo que sembramos, cosechamos. Si sembramos maldad, cosecharemos maldad. Si sembramos egoísmo, cosecharemos egoísmo. Si sembramos palabras de amargura, cosecharemos palabras de amargura. Pero si sembramos paz, cosecharemos paz. Si sembramos amor, cosecharemos amor. Si sembramos gozo, cosecharemos gozo.
¿Está insatisfecho con su vida? ¿Está insatisfecho con la manera como funcionan las cosas? Recuerde: lo que cosecha en el presente es el resultado de lo que ya ha sembrado. Si quiere cosechar algo diferente, deberá empezar a sembrar algo diferente. Dios no puede ser burlado. El hombre cosecha lo que siembra.