Marzo 14, La sangre de Jesús
Venzo a Satanás con la sangre del Cordero y la palabra de mi testimonio, y no amo mi vida hasta la muerte.
En Juan 6 encontramos cuatro veces, lo que Jesús dijo acerca del creyente, "Yo lo resucitaré en el día postrero" (vea versículos 39, 40, 44 y 54). La resurrección es una parte de la salvación.
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. (Juan 6:54-56)
Las palabras “come, bebe y permanece” están en tiempo presente continuo: "Aquel que continuamente se alimenta de Mi carne, y continuamente bebe Mi sangre, continuamente permanece en Mí y Yo en él".
Es muy claro que el Señor le da tremenda importancia a alimentarse de Su carne y beber Su sangre. Yo no soy la autoridad final, pero realmente creo que Él está hablando sobre el sacramento de la Santa Cena.
En un momento, viví en una ciudad árabe con cristianos árabes. Cuando ellos tomaban la Santa Cena, ellos decían, "Vamos a beber la sangre de Jesús". Creo que esos cristianos árabes tenían la imagen correcta. Beber la sangre de Jesús es tener comunión con El.
Algo en nosotros dice, "No me gusta la idea de beber sangre". Recuerdo que me tomó años aceptar esta declaración. Pero para tener vida eterna, tenemos que beber la sangre de Jesús y alimentarnos de Su carne.
Gracias Señor por la sangre del Cordero. Yo participo de Su vida eterna al beber de Su sangre y alimentarme de Su carne, y proclamo que venzo a Satanás con la sangre del Cordero y la palabra de mi testimonio, y no amo mi vida hasta la muerte. Amén.