Marzo 10, ¿A quién serviremos?

 

Mis miembros, las partes de mi cuerpo, son instrumentos de justicia, rendidos a Dios para Su servicio y para Su gloria.

¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? (Romanos 6:16)

Pablo dijo que cuando nos rendimos a alguien, nos volvemos esclavos de aquel al que obedecemos. Si nos entregamos, digamos, a la inmoralidad, nos volvemos esclavos de la inmoralidad. No podemos rendirnos al pecado sin transformarnos en sus esclavos. Por lo tanto, debemos decidir a quién y a que queremos ceder. A algunos de nosotros no nos gusta decidir, pero en la vida espiritual, no las podemos evitar.

Al final de su carrera, Josué le dio a Israel una elección:

Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad...Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (Josué 24:14-15)

Josué desafió a los israelitas a tomar una decisión, y esta decisión jamás fue cambiada. No es cuestión de que si vamos a hacerlo o no; el punto es a quien vamos a servir. Vamos a servir a alguien. Antes de que seamos redimidos, no teníamos elección. No podíamos dejar de pecar; no había otra opción más que ser esclavos del pecado y servidores de Satanás. Después de experimentar la redención a través de la fe en Jesucristo, sin embargo, tenemos otra opción: podemos elegir servir a Dios y ser "esclavos" de la justicia.

 

Gracias Jesús por Tú victoria en la cruz. Elijo servir al Señor y proclamo que mis miembros, las partes de mi cuerpo, son instrumentos de justicia, rendidos a Dios para Su servicio y para Su gloria. Amén.

Share this post