La reacción correcta hacia la corrección
Proverbios 9:7–9
El que corrige al burlón se gana que lo insulten; el que reprende al malvado se gana su desprecio. No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará. Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber.
Nada revela con mayor claridad y rapidez lo que es una persona como su reacción ante la reprensión y la instrucción. Si una persona se enoja cuando es reprendida o instruida, la Biblia dice que es un burlón. Dice que es un malvado. Pero si un hombre es justo, cuando se le reprende e instruye, agradece, responde con amor, y pedirá más.
Esto plantea una pregunta que trato con frecuencia y creo que todos debemos responder de vez en cuando. ¿Cómo reacciono yo ante la corrección y la reprensión? ¿Me enfado? ¿Quiero replicar? ¿Quiero protestar y decir “eso no está bien, eso no es justo, yo no merezco eso”? Espero que no. Espero que usted no reaccione así.
Recuerde que su reacción a la corrección y la reprensión va a revelar claramente su carácter. Si se enoja, la rechaza. Entonces es un burlón, un malvado. He visto que esto es cierto en la vida. Cuídese de una mala actitud hacia la corrección.