Escuche a la sabiduría

 

Proverbios 8:34–36

La sabiduría de Dios nos habla por medio de la Palabra.

Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa. En verdad, quien me encuentra, halla la vida y recibe el favor del Señor. Quien me rechaza, se perjudica a sí mismo; quien me aborrece, ama la muerte.

 

Estas palabras describen cierta actitud hacia la sabiduría, una que durante muchos años ha sido muy clara y real para mí. “Dichosos los que me escuchan”. Como puede ver, su vida realmente depende de a quién escucha. “Dichosos los que me escuchan y a mis puertas están atentos cada día, esperando a la entrada de mi casa”. Creo que debemos dar prioridad a esto. Creo especialmente que cuando nos despertamos cada día, debemos estar a la entrada de la sabiduría. Debemos tener nuestros oídos atentos. Debemos estar preparados para escuchar lo que la sabiduría tiene para decir.

Creo que la sabiduría, la sabiduría de Dios en las Escrituras, nos ofrece consejo para cada día. Vale la pena cultivar una actitud y una relación con la sabiduría que nos mantenga en contacto continuo con ella. El que halla la sabiduría halla la vida, pero por el otro lado los que odian la sabiduría aman la muerte. Como puede ver, aquí hay una división de caminos. No podemos combinar los dos. Nuestra actitud hacia la sabiduría debe ser positiva, o será negativa, y la actitud que tenemos determinará si es vida o muerte.

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